Es raro que tenga pesadillas tan seguido, casi todos, son sueños sacados de esta mente fumada. Quizás fue la incompatibilidad del tamal y la ensalada de frutas como almuerzo o el ejercicio inoportuno luego de la merienda. Sabra algún dios que fue.
Contexto? Pues el clásico escenario apocalíptico plagado de zombies donde moverse en grupo es la única salida hacia la supervivencia. Y vaya grupito que tenía: constaba de amigos mios , mi familia y algunos integrantes de combate <ohGodWhy> ( sí, y nisiquiera soy seguidora de realities, pff ).
Resulta que a la par de la presencia de los zombies en la ciudad una bruja planeaba controlarlos y para eso embrujó a gatos negros dándoles apariencia antropomorfa para que los guiara hasta nosotros. Llegaron a atacarnos dentro de una cárcel la cual habíamos hecho nuestro refugio mismo episodio de TWD obligándonos a escapar hacia las alturas donde no puedieran rastrear nuestro olor ( sí, porque los zombies de mis sueños huelen -.-).
Escapamos hacia la selva donde era mas difícil rastrearnos y el mismo medio hacia mas lentos a los zombies. Llegamos a un pueblo a los pies de una montaña donde no sabian nada de la plaga zombie y vivían en tranquilidad confiados de su escudo natural. Queríamos continuar pero el alcalde nos prohibió la entraba con armas al lugar al tiempo que nos convencia que nos encontrabamos en un lugar seguro. En lugar del armamento los pobladores lo resolvieron untandonos todo el cuerpo con una crema a base de miel y polen que borraba cualquier olor corporal que los zombies puedan seguir.
Aun asi , todos melosos y llenos de crema amarilla, no estábamos del todo confiados y pedimos al alcalde que nos guiara hasta la cima. Ahí tenían un cementerio comunal con varios nichos de cemento , casi la mitad de ellos vacíos. Una vez ahí nuestro grupo se dedico a examinar los nichos y el cementerio en general cuando en eso Zumba empezó a gritar y a señalar hacia el pueblo, todos dirigimos la mirada hacia abajo y nos dimos cuenta como los gatos negros habían guiado a los zombies hasta el pueblo y estaban devorándoselos; la gente corría en todas direcciones incluyendo hacia donde nosotros estábamos, seguidos por los nuevos zombies que ahora sumaban cientos .Asustados se nos ocurrió escondernos en los nichos que quedaban vacios , algunos encontraron cartones y tablas con lo que tapar la entrada pero algunos solo teníamos telas.
El alcalde se ofreció a asegurar la entrada de los nichos desde afuera. Sabiendo que el quedaría desprotegido aceptó su suicido como castigo por no cuidar bien de su pueblo. Por la cuestión del tiempo tuvimos que entrar de tres en los nichos personales.
Cuando llegaron los zombies los gritos sel alcalde hacían muy difícil ahogar nuestros sollozos dentro de nuestras cajas de cemento. Estaba con mi hermana y hermano casi sin poder respirar, sin ningun objeto para defendernos , totalmente asustados de aquello que estaba detrás de la tela amarilla. Escuchábamos los gritos de la personas muriendo y llorabamos juntos en silencio, ahi en la oscuridad.
Hasta que la tela se movió...
